Una vez una niñita llamada Liz sufría una extraña enfermedad. Su única oportunidad de recuperarse aparentemente era una transfusión de sangre de su hermano de 5 años, quien había sobrevivido milagrosamente a la misma enfermedad y había desarrollado los anticuerpos necesarios para combatirla. El doctor le explico la situación al hermano de la niña, y le pregunto si estaría dispuesto a dar su sangre a su hermana. Dudo por solo un momento antes de tomar un gran suspiro y decir. “Si, lo haré, si eso salva a Liz”.
Mientras la transfusión continuaba, él estaba acostado en una cama al lado de la de su hermana,
y sonriente mientras le asistían a él y a su hermana, viendo retornar el color a las mejillas de la niña. Entonces la cara del niño se puso pálida y su sonrisa desapareció. Miró al doctor y le preguntó con voz temblorosa: “¿A qué hora empezaré a morirme?” Siendo solo un niño, no había comprendido al doctor; él pensaba que le daría toda su sangre a su hermana. Y aun así se la daba.
La lectura que vamos a ver hoy nos habla de una mujer que dio lo mejor que tenía para ungir a Jesús Marcos 14:1-11.
Según Juan 11:2 su nombre era María, no sabemos cuánto tiempo le tomo a esta mujer reunir la cantidad de dinero necesario para invertirlo en una vasija de Alabastro y en el perfume de Nardo. El valor monetario de la vasija tanto como del ungüento era considerable.
¿Cuál era el significado de esta acción de María?
- Entregarle al Señor Jesús lo mejor que tenía monetariamente.
- Entregarle al Señor Jesús lo mejor de sí misma, para ungirlo y prepararlo para lo que venía; su sepultura.
- Entregarle su amor y derramarle su corazón poniendo todo a los pies de Jesús.
María estaba preparando el camino de aquel hombre que poco después lo daría todo por cada uno de nosotros; Jesús.
Así como aquel niño dio lo mejor de él para salvar a su hermanita, María dio lo mejor que tenía para ungir a Jesús, de igual manera Dios dio lo mejor que tenía, su único Hijo, para salvarnos (Juan 3:16).
¿Qué es lo mejor que quieres darle a Jesús hoy?
Tu vida, tu tiempo, tu economía, tus talentos.
Toma un tiempo para orar y pedirle al Señor que te muestre que es lo mejor de ti que debes entregarle a hoy.
¿Qué te está pidiendo Dios que le entregues?
Da lo mejor de ti por quien amas.