Lunes

Marcos 11:12-14 (RVR1960)

Maldición de la higuera estéril

 

“Al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre. Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas, pues no era tiempo de higos. Entonces Jesús dijo a la higuera: Nunca jamás coma nadie fruto de ti. Y lo oyeron sus discípulos”.

 

¿Por qué Jesús maldijo la higuera?

 

Durante todo su ministerio en la tierra, esta es la única vez que Jesús obra un milagro para destrucción, y no para edificación, o construcción. Podemos quizás pensar, ¿cómo es posible que Jesús pudiera maldecir a un árbol?

Es importante primero que todo entender cómo se manifiesta el ciclo de reproducción de una higuera. Así como el árbol de durazno, la higuera cuando está fuera de época de frutos, se presenta totalmente seca, sin hojas. Cuando llega el tiempo de frutos, la higuera se llena de bellas hojas y sus frutos están ahí, ¡junto a las hojas!

 

No era época para que la higuera produjera frutos, y el hecho de que tuviera hojas, pudiera en principio parecer algo muy bueno ¿verdad?  Pero algo raro estaba sucediendo. Una anomalía, la higuera debería haber estado totalmente seca. Al ver Jesús y sus discípulos que la higuera estaba llena de hojas, se alegraron y se acercaron con la esperanza de encontrar fruto porque tenían hambre. Al acercarse constató Jesús que nada había. Había apenas una “apariencia de frutos”, no había consistencia, ni tampoco una realidad. Entonces, Jesús dijo a la higuera:

“Nunca jamás coma nadie fruto de ti. Y lo oyeron sus discípulos”.

Con ese hecho, Jesús quiso enseñar a los discípulos, y hoy a nosotros, que necesitamos tener una harmonía entre apariencia y esencia. La apariencia es todo lo que es externo, todos pueden ver. La esencia apunta hacia la realidad de nuestro corazón.

 

  • “porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.” 1 Samuel 167
  • Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida “

Proverbios 423

  • “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.” Mateo 58

Un corazón limpio, libre de iniquidad, íntegro, que ama y depende de Dios, de seguro que manifestará exteriormente frutos que honren al Señor.

Oración Querido Dios, ayúdanos a ser coherentes con tu Palabra, íntegros de corazón y de actitudes. Que podamos manifestar frutos que esparcen tu vida, tu amor y tu gracia.  Queremos manifestar frutos que te glorifiquen a ti Señor. ¡Ayúdanos a ser como tu hijo Jesús, y a vivir según tu voluntad! Amén